El Dr. Raúl R. Vaccarezza
se quedó a compartir la cena con nosotros, y evocando a su padre, el Dr. Raúl D.
Vaccarezza, compartió recuerdos, vivencias y enseñanzas de su
progenitor. Nos comenta que, recibido en la Universidad de Buenos Aires en el año
1937, en la Sala 9 del Hospital Rawson, fue alumno y practicante de Enrique y
Ricardo Finochietto (maestro de la cirugía argentina), destacados médicos
cirujanos, reconocidos por el aporte de técnicas y procedimientos para el
progreso quirúrgico. El fallecimiento prematuro de su hermano Roberto, fue decisivo para volver a su
pueblo natal y ocupar el lugar dejado por él. Cuando llegó a Alberti, trabajó en
el Hospital Municipal hasta el año 1938. Al recibirse su hermano menor, Horacio, éste decide
acompañarlo y juntos comienzan la atención clínica en la que era la casa
materna (hoy Jardín de Infantes Nº 901). En 1951 comenzó con la construcción de la primer parte del
Sanatorio Vaccarezza. Alcanzó su objetivo de crear un polo de desarrollo quirúrgico
en esta región de la Pcia. de Buenos
Aires, incorporando otros médicos calificados
de Alberti.
Denotando en todo
momento la gran admiración, como así también el profundo amor y respeto hacia
él, lo definió, además de padre, como compañero de trabajo, amigo y maestro,
destacando la importancia de este último rol, ya que, al compartir la misma
profesión, fue mayor el caudal de aprendizaje y de experiencias que pudo adquirir
a su lado y especialmente con su ejemplo.
Nos leyó una
frase muy significativa para él ¨La medicina es la segunda madre de la humanidad¨,
destacando también su faceta ética y moral. Desde su propia perspectiva, consideraba
que en la medicina hay cuatro aspectos que deben estar contemplados e integrados:
técnico, humano, religioso y humanístico.
El Dr. Raúl R.
Vaccarezza agradeció y valoró profudamente la posibilidad de haber compartido esta
charla, que finalizó con la participación de algunos rotarios, quienes relataron
algunas anécdotas y recuerdos vividos con el Dr. Raúl D. Vaccarezza.
También nos acompañó el Sr. Raúl Corigliano, y en
representación de su socio Enrique Poggi. En esta oportunidad compartió nuestra
cena en agradecimiento por la donación de medicamentos que recibieron de la Fundación
Tzedaká, gestionada por Rotary Club Alberti, y que ellos mismos llevaron a
Monte Redondo, en Santiago del Estero, el pasado 27 de Octubre.